miércoles, 19 de diciembre de 2007

Visita por la tarde, de Antonio Gamoneda


Joer, qué frío hace, el otoño se acaba en breve, y se nota...las Navidades acechan...regalillos mil. Ya podía nevar como hace un par de añitos...aunque por el Polígono ya lo ha hecho.

Entreé en la casa y me quité el abrigo
para que mis amigos no supieran
cuánto frío tenían, pero ellos
dijeron: "Ven, entra en la cocina".
Y la madre hizo fuego para mí.

No he podido tener nunca mi fiesta
en paz como aquel día:
el vino en la madera; la mirada
de los niños; las palabras;
el resplandor del fuego...

Cuando llegó la noche, la mujer
sacó las manos del agua
y separó los cabellos esparcidos
sobre el rostro cansado.
Y vi el rostro.
Rostro cansado: amor
Y sonreía.