
Siempre que un país se encuentra en un clima bélico surgen películas que intentan animar a su población, engrandeciendo su espíritu combativo y cimentando sus consignas políticas. En el caso de nuestra querida patria hispana tenemos como ejemplo esas delicias freak que son "Raza" o "El alcázar no se rinde", que vistas con la suficiente distancia se pueden disfrutar de un modo más o menos bizarro. "300" se podría englobar dentro de este género de "Películas para una guerra". Durante las casi dos horas que duró este festival del abdominal no pude quitarme de la cabeza ni por un momento el discurso que estaban intentando colarme. Los 300 espartanos, que por lo que parece son la salvaguarda de la libertad, macizos y hercúleos como luchadores de pressing catch, a la par que inteligentes, sagaces y muy dados a las frases lapidarias, muy occidentales ellos, luchan en inferioridad de condiciones con un enorme ejército de persas que no son persas, sino orcos, trolls de las cavernas y algún que otro personaje salido de la imaginación de Clive Barker. El enemigo, por lo tanto, ya no es que carezca de rostro, que éste se nos oculte, o que de algún modo la visión sea parcial, (Me estoy acordando del niño republicano de "Raza", que ya de pequeño era bastante demoníaco y se portaba como un auténtico malnacido con un pajarillo que tenía entre las manos), sino que éste es un monstruo, algo a lo que eliminar sin trabas morales, algo que DEBE SER DESTRUÍDO, por el bien de la civilización, el Espartan Way of Life, o la administación Leónidas.
La sensación que me ha acompañado durante la mayor parte del panfleto visual es la del Terror, el miedo a quá coño está pasando, o más bien va a pasar, para que millones de dólares se pongan al servicio de una historia como ésta.
Si en el cómic la cosa ya atufaba bastante, en la peli han remarcado este mensaje con una fuerza que no puede pasar desapercibida. Por ejemplo, en la conversación que el emisario persa tiene con Leónidas, aquel se queja de que esté presente una mujer en la conversación, dando la impresión de que el persa es malo, primero, por no tener unos abdominales como Zeus manda, pero sobre todo, por ser moro, y perdonen por el error cronológico. Ya se sabe que los moros son muy malos con sus mujeres, éso había que remarcarlo pero que muy bien. Otro cambio importante con respecto al cómic es la supresión de una de las frases lapidarias de Leónidas, cuando dice (cito de memoria), "!Esta noche cenaremos en el infierno!", y uno de los suyos dice "!Estamos contigo!", a lo que él le contesta: "La democracia es para los atenienses. Nadie ha pedido tu opinión". Jaus jaus, mucho me reí cuando la leí. Evidentemente, una frase tan políticamente incorrecta no cabe en el discuso pro-bush de Leónidas. En fin, una pelicula muy bonita, con unos efectos especiales muy chachis, con una virilidad que se adentra profundamente en los terrenos de lo homoerótico y una factura mú moderna, mú de videoclip, pero con un mensaje que hace que salgas del cine pensando....!Hay que atacar Irán!!!!, !!Son muy feos!!!!!.